Con todos los festivos que caen en días laborables durante el año, algunas semanas son más cortas. ¿Semanas más cortas = empleados más felices? Este análisis podría ser el experimento definitivo para el gran debate que está surgiendo ahora en el mundo: la semana laboral de 4 días.
Pero, ¿qué es exactamente la semana laboral de 4 días? ¿Qué problemas puede traer? ¿Es realmente tan útil y eficaz, o acaba por no beneficiar ni a los trabajadores ni a las empresas? Veámoslo más de cerca.
Tabla de contenidos:
Un primer reconocimiento
El mundo laboral actual está en constante cambio, con nuevos modelos de trabajo que se debaten cada vez más y que desafían las normas tanto para los empresarios como para los profesionales de RRHH. Uno de estos nuevos modelos de trabajo es la semana laboral de cuatro días. La idea es que, en lugar de trabajar cinco días a la semana, los empleados trabajen cuatro, por el mismo salario. Suena genial, ¿verdad?
Desgraciadamente, esto no significa que todo el mundo reduzca sus 40 horas semanales a 30 y siga percibiendo el mismo salario mensual. Más bien, las 40 horas semanales se repartirán en 4 días en lugar de 5. Esto corresponde a un tiempo de trabajo contractual de 10 horas al día – en cumplimiento de la legislación laboral, por supuesto. Dicho esto, las empresas siguen siendo libres de reducir las horas de trabajo dentro de la semana de 4 días sin recortar el salario.
Origen de la semana laboral de 4 días
La idea de reducir la jornada laboral no es nueva, puede rastrearse a lo largo de la historia; ya en el siglo XIX se hicieron esfuerzos por reducir la jornada laboral para que los trabajadores tuvieran más tiempo libre. Según un artículo de Gründer.de, una fábrica estadounidense fue la primera en pasar de una semana laboral de 6 a 5 días en 1908. En los años 30, otras empresas del país siguieron su ejemplo. A lo largo de las décadas se han ensayado y debatido diversos modelos de reducción de la jornada laboral: algunos han cuajado, otros no.
La propuesta de una semana de 4 días forma parte de esta evolución. En Islandia, donde el estrés y el agotamiento asolaban a amplios sectores de la población, se seleccionaron varias empresas en 2015 para pasar a una semana de 4 días. El experimento, que duró cuatro años, fue un gran éxito: la productividad y la calidad del servicio se mantuvieron, mientras que la salud mental y psicológica de los empleados mejoró notablemente. Los resultados de Islandia confirman el supuesto básico que subyace a la semana de 4 días: que un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal aumenta la productividad y el bienestar. Aunque, ya sabemos que la semana de 4 días no es la única forma de optimizar el equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados y aumentar así la productividad y el bienestar.
Un proyecto piloto en el Reino Unido también tuvo mucho éxito: 61 empresas redujeron su semana laboral a 4 días durante medio año y, según un artículo publicado por Sparkasse, el 92% de estas empresas decidieron continuar con ello. La misma tendencia se está desarrollando en España y Bélgica, donde algunas empresas ya han adoptado una semana laboral de 4 días.
En Alemania, el interés es tan alto que un estudio publicado recientemente por la Fundación Hans Böckler lo demuestra:
- Alrededor del 81% de los trabajadores a tiempo completo en Alemania desearían tener una semana laboral de 4 días.
- Alrededor del 73% apoya una reducción de la jornada laboral si se mantienen los salarios.
- El 8% reduciría su jornada laboral aunque ello supusiera recibir menos dinero.
- El 17% de los encuestados está en contra de una semana laboral de cuatro días.
- El 2% ya trabaja 40 horas semanales en cuatro días.
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Pros y Contras de la semana laboral de 4 días
Como cualquier otro modelo de trabajo, la semana laboral de 4 días tiene ventajas e inconvenientes que deben tenerse en cuenta.
Los beneficios incluyen:
- Mayor satisfacción de los empleados.
- Mayor motivación gracias a fases de recuperación más largas.
- Mayor productividad gracias a una mayor disposición al rendimiento.
- Aumento de la eficacia gracias a una mayor motivación: los empleados están más motivados para completar sus tareas en el tiempo de que disponen.
- Más tiempo para aficiones y actividades físicas, efectos positivos para la salud del cuerpo y la mente.
- Menos desplazamientos: mejor conciliación, menos emisiones de CO2.
- Menos ausencias: las citas importantes (por ejemplo, con el dentista) ya no suponen ausencias del trabajo, sino que pueden programarse en el día libre de la semana.
- Employer branding: ¡las empresas que defienden los deseos y derechos de sus empleados están de moda!
Pero la semana de 4 días no es un modelo de trabajo fácil. De hecho, la semana de 4 días puede plantear varios problemas, retos y dificultades. He aquí algunos de ellos:
- Lleva tiempo implantar un modelo nuevo y seguramente surgirán algunos problemas iniciales mientras la gente se adapta a la nueva forma de trabajar.
- Realizar la misma carga de trabajo en cuatro días podría resultar estresante; la acumulación de tareas podría ejercer una presión excesiva sobre los empleados en días laborables.
- Menos tiempo para la interacción social con los compañeros.
- Menos oportunidades para dividir el trabajo: en algunos sectores tiene sentido trabajar un poco en una tarea cada día, por ejemplo, las llamadas telefóni